domingo, 24 de noviembre de 2013

El tío Tungsteno 25) El fin del romance + Epílogo

Toca explicar porque Sacks acabó siendo neurocientífico, y dejando a un lado "la química". Un final apresurado, o al menos yo tengo la sensación de que después de deleitarnos con las descripciones y consecuencias de los experimentos, en solo un capítulo introduce su percepción personal de cómo la mecánica cuántica le "estropeó" sus planes de futuro; la oposición más o menos directa de sus padres a que se dedicara a algo distinto de la medicina; la explosión de la adolescencia; y en general la pérdida de interés en lo que le había motivado durante tanto tiempo.

Vale, el título "El fin del romance" y las alusiones a lo largo de los últimos capítulos me debían haber preparado para el batacazo final..., pero yo estaba tan encantada con esa pasión desbordante de Sacks por estudiar la materia, que me he llevado una fuerte decepción con este capítulo. Menos mal que me quedaba el epílogo: ¡cuánto bien hacen esos amigos químicos (o científicos, en general)! [guiño guiño, codazo codazo], porque es a través de su amigo H. como Sacks vuelve a recuperar recuerdos e ilusiones que creía perdidos y que le movieron finalmente a escribir este libro.

Para acabar el resumen de una manera personal (y diréis, ¿más aún?), tengo la sensación de que "El tío Tungsteno" no me parece adecuado, porque fue tan importante para él su tío Dave-Tungsteno como su tío Abe, y al final, aunque ambos ejercieran su influencia sobre el niño Sacks, es él el que se va a las bibliotecas, a los museos, y a la tienda de reactivos químicos, y monta un laboratorio en casa de sus padres... Y sí, Tunsgsteno hace más bien referencia al propio Sacks debería haberse llamado "El niño Wolframio" (por esa W. detrás de Oliver).

Bueno, estoy desvariando más de lo habitual. Os propongo para debatir los temas que se me han venido a la cabeza al leer este "final no apoteósico" que no esperaba:

1. Explicarles la mecánica cuántica a los chavales. Para ello, recomiendo la lectura de este post de @2qblog, ¿Cómo les "casco" la ecuación de Schrödinger a mis alumnos? A mí me ha parecido que Sacks lo explica bastante bien en este capítulo.

2. Cómo los avances en la ciencia pueden engañar según las apariencias. Me explico: la química ha ganado mucho con la cuántica (si no que se lo digan a los Premios Nobel de Química 2013, para leer más sobre este Nobel: ¿Por qué han recibido Karplus, Leavitt y Warshel el Premio Nobel de Química?; Bailando con proteínas y el Nobel; y ¿Puede el Premio Nobel de Química 2013 salvarte la vida?), algo que ni Crookes ni Sacks podían sospechar... Y eso me ha recordado a una anécdota sobre Planck: "Al consultar al profesor de física Philipp von Jolly éste respondió que en física lo esencial estaba ya descubierto, y que quedaban pocos huecos por rellenar, concepción que compartían muchos otros físicos de su tiempo. Planck, que repuso a su profesor que no tenía interés en descubrir nuevos mundos sino en comprender los fundamentos de la física, finalmente se decidió por esta materia". (Fuente: Wikipedia) ¿Y quién iba a saber que Planck aportaría tanto a la física? ¿Y quién le hubiera hablado a Planck de laboratorios como el CERN? Así que, el desarrollo de la ciencia, en cierta manera es impredecible..., y cuando nos parece que lo sabemos todo, resulta que estábamos muy equivocados...

3. ¿Realmente es bueno introducir a los niños en la ciencia y sus maravillas, si luego van a acabar escaldados a lo Sack? (Lo sé, soy muy mala al formular así la pregunta xD)

4. Más polémica: ¿deben los padres obligar a sus hijos a estudiar una carrera determinada, o a ir a la universidad? O lo pongo más difícil (o más fácil, según se mire), ¿qué hace un padre científico si su hijo quiere hacer un máster en homeopatía, u otra pseudociencia? Mi experiencia personal es que he tenido libertad para elegir a qué quiero dedicarme, pero tengo compañeros que tenían cierta presión paterna, para estudiar Medicina, o similar... Yo agradezco y valoro lo que he tenido, y a la vez, por mucho que piense que mi hermana pequeña podría ser una gran científica, tengo que respetar "el legado" familiar, y apoyarle cuando me habla de hacer periodismo. Claro que hago trampas y me la llevo a eventos que molan, pero es que la ciencia nunca sobra, y menos en el periodismo. ¿Qué opináis al respecto?

Y ahora me gustaría que fuerais conscientes de "lo grande" que habéis hecho entre todos este proyecto. Este blog ha recibido la friolera de 14313 visitas, hay posts con 890, 600, 400 y 300 visitas; 775 comentarios en el blog; tenemos 34 seguidores; este proyecto ha participado en el Carnaval de Humanidades, en el de Química y en el de Física; hemos estado en Divúlgame, hemos conseguido (permíteme Margarita que tome tus palabras) "hacer nuestros fines de semana más científicos". Si queréis una visión global de lo que habéis construido os animo a visitar los primeros posts del tío Tungsteno: vuestros primeros comentarios, cómo hemos ido perdiendo la timidez y ya se nos ve venir como pensamos cada uno, el respeto que se respira en opiniones más contradictorias imposibles. Hemos demostrado que podemos hacer Cultura y Ciencia (sí, las dos con mayúsculas) a través de Internet, de Blogger, de Twitter ¡y lo que nos echen!, que en este mundo nuestro (Pale Blue Dot) cabemos todo tipo de personas sin que por ello tengamos que andar en guerra, hemos dado "testimonio" vivo de que la Ciencia y la Cultura pueden ser interesantes y divertidas en cualquier formato. ¿Os parece que exagero? Me he permitido bucear en mi historial de Twitter, para traeros los debates en los que no usamos el #TertuliasCiencia. (Pinchad sobre la imagen para acceder al debate completo)

Aquí más, y más


Y más aquí

Capítulo aparte con mención de honor se lo merece la sección #practicando. El buen rollo de las #TertuliasCiencia cristalizó en que @estapillao propusiera que hiciéramos algo juntos..., y nació la nueva sección. Todavía está arrancando, pero lo que no falta en ningún momento es la ilusión y ganas que le ponen (les ponéis) los que participáis. Quizá me paso de visionaria, pero ya sueño con el momento en que sea un recurso educativo de calidad que ayude mucho a profesores y alumnos. ¡Anímaos a convertirlo en algo grande! Bueno, sé que no necesito animaros, que solitos lo hacéis muy bien: mirad.

Así que por mi parte, ¡gracias por soñar con nosotros!, porque habéis hecho realidad un sueño (y no encuentro una manera de decirlo que no suene cursi ni melodramática).

Nos gustaría conocer vuestra opinión, y vamos a habilitar una sección de sugerencias, quejas y reclamaciones. Ahora llega la época de vacaciones, y os propongo si queréis, que hagamos un videoforum. Al menos yo me he quedado con la sensación extraña de no acabar de entender la personalidad de Oliver Sacks. Me suena que @lauramorron ya propuso esta idea por Twitter... ¿Os parece si vemos estas Navidades la película Despertares?. Yo me comprometo a colgar un resumen y las opiniones que me gustaría compartir con vosotros, y con toda libertad, si sacáis un rato entre turrón y turrón, pasaros y seguimos hablando, ¿ok?

Para terminar, os dejo un vídeo de "nuestro personaje":

Vía Scifri, Naukas

A partir del 11-12 de enero seguiremos con un nuevo libro: "Una breve historia de casi todo" de Bill Bryson, ¡a ver qué tal nos va sin Sacks! jeje. Si os parece y ya que esto nació en las redes sociales (en concreto en Twitter), hemos pensado que podríais tuitear vuestras impresiones con los #Momentazos en #TertuliasCiencia, y luego los recopilaremos como fuegos artificiales de despedida en otro post.

domingo, 17 de noviembre de 2013

El Tío Tungsteno: 24) Luz brillante

Grabado de Cammille Flammarion
Grabado de Flammarion, C. (1888), L'atmosphère: météorologie populaire. Paris: Librairie Hachette et cie., 808 p.

Comienza el capítulo con una cuestión metafísica: ¿cuántos elementos necesitaría Dios para construir un universo? William Prout conjeturó en 1815, al observar que las masas atómicas eran casi números enteros, que el hidrógeno con masa atómica uno era el elemento primordial y que todos los demás habían sido construidos a partir de él. A pesar de los inconvenientes que las masas atómicas con decimales planteaban, esta hipótesis era tan hermosa, tan sencilla, que muchos físicos y químicos creían que contenía  una verdad esencial.

Un sigo más tarde, un ayudante del gran Rutherford, Harry Moseley comprendió tras varios experimentos que había una propiedad del átomo más fundamental que la masa atómica, la carga del núcleo. A pesar de que su propuesta no fue aceptada al principio por algunos colegas, lo cierto es que el número atómico el número de protones del núcleoindicaba la identidad de cada elemento químico de una manera absoluta y segura (permitiendo comprender la naturaleza de los isótopos).

Los nuevos avances no hicieron sino permitir que surgieran nuevas preguntas para las que no se tenía respuesta. Quizás la más importante fuera comprender qué permitía que los elementos fueran estables, que permanecieran inmutables durante miles de millones de años. Para ello hubo que superar el modelo atómico de Rutherford (llamado del sistema solar) gracias a los trabajos de otro de sus ayudantes, Niels Bohr, quien unificó el modelo atómico de su mentor con los trabajos de Max Planck.

Bohr postuló que cada átomo tenía un número limitado de órbitas que podían ocupar los electrones cada una de ellas con un nivel de energía específico. En el “estado básico”, el menos energético, un electrón podía permanecer orbitando el núcleo de forma indefinida sin perder energía. Por otra parte, los electrones podían desplazarse brevemente a “estados estacionarios” de energía más elevada. Así, si un átomo absorbía energía de una frecuencia determinada, podía desplazar un electrón de su estado de reposo a una órbita superior, volviendo en un breve lapso de tiempo a su estado básico emitiendo energía de la misma frecuencia que la absorbida.

Los experimentos corroboraron los postulados teóricos de Bohr y ello permitió avanzar en la comprensión de la teoría cuántica. A medida que la carga del núcleo aumentaba ―su número de protones― había que añadir un número igual de electrones para que la carga del átomo siguiera siendo neutra. Sin embargo, esta suma se hacía de manera jerárquica y ordenada: primero se ocupaba la órbita de menor energía y así de forma sucesiva. De esta forma se logró comprender que las órbitas de Bohr se correspondían con los periodos de Mendeléiev: la tabla periódica de los elementos cobraba un nuevo significado.
De este modo, la posición de cada elemento en la tabla periódica representaba el número de electrones de sus átomos, y la reactividad y unión de cada elemento podían verse en términos electrónicos, según los electrones que había en la órbita exterior, los así llamados electrones valencia.
Oliver describe la sensación que le causó comprender la profundidad de estos descubrimientos: “Todo era divinamente hermoso, lógico, simple, económico, el ábaco de Dios en funcionamiento”.

Ahora cobraban significado el poder, por ejemplo, de la luz azul o violeta (una luz de onda corta) para velar una película fotográfica frente a la luz roja o de onda larga. Gracias a las conclusiones de Bohr y Planck, comprendió que un cuanto de luz de onda corta poseía más energía que uno rojo; así como un cuanto de rayos X o rayos gamma tenía aún mucha más energía. Cada átomo o molécula precisaba cierto nivel específico de energía para provocar una reacción.

Una vez comprendido el funcionamiento de los átomos, el planteamiento del funcionamiento de las estrellas del universo era el siguiente paso lógico. Las reacciones químicas no podían explicar la enorme energía de radiación de nuestro Sol; tampoco la radiactividad parecía una fuente plausible de energía así que, ¿cuál podía ser el origen de las estrellas?

Hasta 1929 no surgió la idea de la energía termonuclear: la de que los átomos de los elementos ligeros, dada la enorme presión y temperatura del interior de las estrellas, podían llegar a fusionarse para generar átomos más pesados que los del hidrógeno. Había que bombear una enorme cantidad de energía hacia el interior de los núcleos ligeros para lograr su fusión, pero una vez que sucedía, se liberaba más energía aún, lo que provocaba una retroalimentación y la nueva fusión de más y más elementos.
Así, mediante una emocionante convergencia, se solucionaban al mismo tiempo dos antiguos problemas: el brillo de las estrellas y la creación de los elementos. Bohr había imaginado una Aufbau [del alemán Aufbauprinzip: principio de construcción] una construcción de todos los elementos comenzando por el hidrógeno, como un modelo puramente teórico, pero resultaba que tal Aufbau tenía lugar en las estrellas. El hidrógeno no era sólo el combustible del universo, era su componente básico, el átomo primordial, tal y como Prout había pensado ya en 1815.

De nuevo como hiciera Juan Carlos la semana pasada, no voy a proponer unas cuestiones formales para el debate. Creo que este capítulo es lo suficientemente bello e interesante como para que cada uno exponga lo que mejor le parezca.

En mi caso, me ha dejado un regusto amargo porque es me ha dado la sensación de ser el eslabón que viene a cerrar una cadena. No solo por la circularidad de la exposición (de Prout a Prout) sino porque creo que Oliver, al llegar a este punto, ha cerrado un ciclo en su vida.

Del mismo modo me ha dado mucho que pensar: ¿no tendrían razón los antiguos alquimistas cuando afirmaban que era posible transmutar unos elementos en otros? Técnicamente la física nuclear dice que sí: añadiendo o quitando protones a un núcleo lo podemos transformar en el de otro elemento, aunque el método pueda ser enormemente difícil y costoso.


domingo, 10 de noviembre de 2013

El Tío Tungsteno: 23) El mundo liberado

Una vez más Oliver Sacks nos muestra su faceta de lector voraz, el nombre del capítulo "El mundo liberado" es el nombre de un libro de H. G. Wells.

Vamos al resumen.

El capítulo comienza explicando los primeros avances en la comprensión de la radiactividad. Rutherford y Soddy fueron capaces de darse cuenta de la "transmutación" de los elementos (y de explicar las leyes que sigue la desintegración). Que los elementos no fueran inmutables fue un duro golpe al "cuerpo" de conceptos científicos aceptados en aquellos tiempos, aunque cosas como el periodo de semidesintegración servían para justificar que la Tierra tenía una "edad" comparable a la que se deducía de la teoría de Darwin. Esos nuevos conceptos también sirvieron para justificar la inmensa emisión energética que desarrolla el Sol (aunque eso lo trata en la última parte del capítulo)

También quiero resaltar de esta parte que sus explicaciones sobre la ionización del aire por parte de las partículas alfa y los efectos más notables sobre las pantallas fluorescentes de las partículas beta me han encantado, son bastante "pedagógicas". Por otro lado nos habla de los jugueticos que usaban en aquellos tiempos, explicarle el "espintariscopio" a los alumnos en las clases no tiene desperdicio, ¡creedme!

Después el capítulo se centra en el descubrimiento de la estructura atómica. Nos habla del experimento de Rutherford, nos explica como una observación que muchos consideraron despreciable (la mínima desviación de algunas partículas alfa al atravesar finas películas metálicas) a él le hicieron investigar.
Os enlazo un vídeo que hicieron mis alumnos hace unos 4 años. Creo que resume muy bien los modelos atómicos, la lástima es que las leyes de protección del copyright le han quitado el sonido, ¡era la música de la guerra de las galaxias! Puedes cargar la música desde este enlace http://www.youtube.com/watch?v=eLwavYWbPGw y así verlo tal y como ellos lo crearon.



El capítulo termina con las sensaciones que se despertaron en él cuando se enteró realmente de los efectos de las bombas atómicas, esa parte me ha emocionado porque este verano, leyendo "el invierno del mundo" he tenido la sensación de que la masacre se podía haber evitado, no el lanzamiento, pero si la masacre (y que la consecuencia más evidente fue que, inevitablemente, los rusos tuvieron que buscar también las armas nucleares para que existiera un equilibrio de fuerzas).

Y de qué propongo que debatáis, de lo que habéis pensado al leer el capítulo. En mi resumen ya he dejado parte de las cosas que yo he sentido al leerlo, además de lo que ya habéis leído:

Me ha parecido evidente que, pese a lo absurdas que les puedan parecer algunas teorías a los científicos, acaban aceptando (aunque en algunas ocasiones tardan un poco) las que son acordes con los datos experimentales (que son los verdaderos criterios de autoridad).

Por otro lado, he tomado nota mental de la parte donde habla de la edad de la Tierra y de como se puede justificar la emisión de luz del Sol. No es que no lo supiera, es que creo que es un ejemplo muy bueno de como la religión mete la pata al opinar de cosas distintas a las metafísicas. Es triste que algunas religiones tengan una carga pseudocientífica, eso hace que yo no respete esas religiones.

Por último siempre que leo cosas como las redactadas en el experimento de Rutherford me acuerdo de lo que en más de una ocasión he oído a otros "los investigadores principales no deben de estar solo en los despachos porque ayudantes y alumnos podrían pasar por alto algún hecho curioso que podría significar grandes adelantos".

Nota: no olvidaros que solo quedan dos capítulos, me gustaría que alguien los hiciera (y él que haga el último que haga algo especial).
Yo voy a estar muy liado porque quiero saber qué opináis de lo que hemos hecho durante prácticamente un año, qué opináis de continuar o no, qué libro sería el más conveniente para continuar si así lo decidiéramos...
Por otro lado, @deibitbanon y @estapillao están con #practicando. El proyecto es complejo pero @jlmgarvayo ha demostrado en el post "Practicando en las Tertulias Literarias de Ciencia. El ludión" que realmente merece la pena.

domingo, 3 de noviembre de 2013

El Tío Tungsteno: 22) Cannery Row

Oliver no olvida la tabla
En este capítulo Mr Sakcs nos hace un guiño, elige como título el nombre de un libro que le influyó mucho.

Comienza recordando las vacaciones en la Suiza neutral para relajarse (llegando al éxtasis) en un país sin guerra.
En esa época se produce en él un cambio interno, se atreve a dar un pequeño concieeto y descubre que al estar frente al público además de darles algo él también recibe.

Empezamos a descubrir porqué no se hizo químico:

Por un lado el profesor Pask consiguió motivarlo y mantener su atención en la Biología, aunque no logró monopolizar los interereses de "nuestro héroe". El "proyecto calamar" lo devuelve un poco a la realidad, una cosa es planear un experimento y otra llevarlo a cabo. Al fín le sale mal una cosa, que ya iba siendo hora. Pero esto no lo detiene, planea un granja de tunicados para conseguir vanadio...aunque desiste antes comenzar el holocausto de urocordados (pincha el enlace anterior).

Por otro lado, lo orgánico estaba entrando en su vida. Los cambios propios de la edad modificaban su cuerpo y su pensamiento. Su adoración por la ciencia como orden y belleza formal se enfrenta a lo humano y lo personal donde irrumpen con fuerza la música y la poesía. Joseph Louis Proust deja hueco a Marcel Proust hasta tal punto que crea junto a sus amigos una sociedad literaria de gran éxito. Sin embargo el director la cierra sin dar explicación alguna, aunque no es de extrañar cuando lees algunas de las explicaciones de Oliver.


Termina el capítulo enamorado de la Biología marina gracias a Pask y a un libro que leyó, Cannery Row del premio Nobel Steinbeck. Llegando al punto de intentar entrar en varios laboratorios de esta materia en EEUU, incluyendo el del Monterey donde trabajaba el profesor que inspiró uno de los protagonistas del libro.



Como últimamente los temas propuestos divergen un poco de lo visto en los capítulos, y bien que lo disfrutamos, voy a intentar ceñirme un poco al hilo argumental pero sin dejar de relacionarlo con la actualidad, seguro que no lo consigo. Espero que vosotr@s las llevéis al terreno que os apetezca.

Empiezo con una provocación:
Con la pubertad empezó a cambiar la química por otras ciencias, ¿crees que la química es la ciencia pura y que cuando se mezcla con lo mundano aparecen las demás?.
Vaaaale me he pasado, lo tacho.
Reformulo:
¿Crees que a la ciencia le falta relación directa con la realidad?, entendiendo realidad como lo que observa la mayoría de las personas.
¿Dónde podemos recuperar los amantes de la ciencia el contacto con el resto del mundo?(Si asumimos que somos diferentes)
Ejemplo: por mucho que seamos capaces de explicar algo de forma fantástica no tenemos nada que hacer frente a Dynamo, y él solo engaña. ¿La divulgación debe empezar por llamar la atención?
En el capítulo muy pocos pueden seguir el ritmo de profesor Pask, ¿esto ha sido así siempre y no tenemos nada que hacer? ¿La ciencia es para unos pocos?

Sigo con otra:
Ahora los directores también podrán hacer y deshacer a su antojo con las grandes ideas de Wert, ¿crees que se ha inspirado en esta época para hacer su reforma?.
Bueeeno, relajo la cuestión. Encontramos directores y profesores estrictos (ajustados a ley y que no toleran la interpretación) y a Lord Rothschild (el de la estación biológica marina abarrotada de estudiantes) como extremo opuesto por su trato con los que acudían a ver cómo trabajaban. Todos hemos tenido profesores de ambos tipos y, curiosamente, consideramos a algunos como buenos sin importar la distinción anterior.
A las cuestiones:
¿Un profesor o divulgador debe caer bien para hacer bien su trabajo?
¿Las actividades centíficas deben ser divertidas?
Y la más difícil para mí, ¿somos conscientes de que lo que consideramos buena divulgación puede no estar al alcance de neófitos?¿Nos falta un eslabón?¿La ciencia es para unos pocos?

Parece que mis dudas se resumen en una sola pregunta.

Para terminar dos cosillas:
- Debemos ir pensando en qué haremos cuando se nos terminen los capítulos
- La actividad paralela #practicando está a la espera de que alguien proponga la tercera práctica ¿os animáis?

domingo, 27 de octubre de 2013

El Tío Tungsteno: 21) El elemento de Marie Curie

Después de la fosforescencia, fluorescencia, y los rayos X, en este capítulo se aborda la radiactividad, desde el punto de vista entrañable de la vida del matrimonio Curie, y en especial de Marie Curie. Otro capítulo más dentro de la historia de la ciencia, que junto con las experiencias de Sacks constituye (a mi entender) uno de los mayores atractivos de este libro.

Me parece que aquí hay material para explicar el funcionamiento del método científico: "minucioso análisis químico", "siguieron analizando su residuo de pechblenda", "reanudaron su búsqueda, concentrándose en la precipitación del bario", "llegó un momento en el que los métodos químicos por sí solos ya no eran suficientes. No parecía existir ningún método químico de separar el radio del bario, de modo que Marie Curie comenzó a buscar diferencias físicas entre sus compuestos." "Era una técnica que requería gran paciencia, (...)". Además, muestra la ciencia como un todo, en el que las distintas disciplinas, en este capítulo, la química y la física están tremendamente interrelacionadas.

A través de la figura investigadora de Marie Curie, nos acercamos al lado más humano del científico, y también a la belleza de la ciencia de la que hemos hablado en otros capítulos, en palabras de madame Curie: "Una de nuestras alegrías era entrar por la noche en nuestro taller y percibir las siluetas débilmente luminosas de los frascos y cápsulas que contenían nuestros productos... Era realmente una visión encantadora y siempre nueva para nosotros. Los brillantes tubos parecían tenues bombillas de colores." Para Sacks: "Me encantaba la minuciosa descripción de los complejos procesos químicos que los Curie habían llevado a cabo, el meticuloso y sistemático examen de las propiedades del radio, y sobre todo el entusiasmo y el asombro intelectual que parecía bullir debajo de esa prosa científica y monótona. Todo se limitaba a los hechos, e incluso resultaba prosaico, pero también poseía una cierta poesía."

Me ha parecido interesante descubrir una de las líneas de debate que proponía Dan la semana pasada: ¿cómo explicar el fenómeno de la radiactividad rompiendo con la tradición científica anterior?

Toda la tradición científica, de Demócrito a Dalton, de Lucrecio a Maxwell, insistía en ese principio, y ahora no resulta difícil comprender que Marie Curie, tras sus primeras y atrevidas ideas acerca de la desintegración atómica, desechara la idea y (utilizando un lenguaje desacostumbradamente poético) acabara su tesis sobre el radio diciendo: "La causa de la radiación espontánea sigue siendo un misterio..., un profundo y maravilloso enigma".
Y como no recordar también el famoso 'cuestionario' de @2qblog: ¿sabes qué la ciencia es diferente? Allí se hablaba de Galileo, pero aquí entra un concepto que suena a magia y alquimia y sin embargo estuvo presente en la ciencia durante mucho tiempo: "el éter".

Así que como podéis ver, hay mucha miga para debatir acerca de cómo funciona la ciencia en teoría, que es muy distinta de la práctica (de la historia de la ciencia), acerca de la belleza en la ciencia (recomiendo la entrevista a Pedro Miguel Etxenique en #Naukas13)... Y sin embargo, a mí me ha dado por otro lado, y esto es lo que planteo:

1. Ya hemos visto que Humphry Davy además de químico era poeta, y muchos otros ejemplos de cómo la literatura a través de la etimología (mercaptanos y Mercaptán en Goethe) o de lo novedoso (Mary Shelley y su Frankentein, que trajo a colación @antineutrina) se nutre de la ciencia... y ¿viceversa? Yo tengo una tesis particular de que los primeros griegos eran filósofos, un poco biólogos y físicos, es decir que la cultura humana tiene un nexo común al menos en el origen, ¿y en el futuro? Me gustaría saber vuestra opinión acerca de la "tercera cultura", o del programa mestizajes que ha dado a luz a una obra de teatro (La entrevista), de la que me ha impresionado este comentario de @MartaMachoS:


Cuando terminé de leer el libreto –comencé, y no lo pude dejar hasta que llegué a la última escena–, le envíe un mensaje a Gustavo Ariel Schwartz: Luisa no podría haber escrito esta obra sin ti. Pero tampoco tú sin ella. La obra representa extraordinariamente los problemas con los que se enfrenta un joven investigador, el ambiente de trabajo en un centro de investigación o una universidad,  las dificultades, frustraciones y alegrías durante el proceso creativo en ciencia. De eso ha dado buena fe Gustavo, pero también creo que Luisa Etxenike ha conseguido que La Entrevista se acerque a la gente ajena a la ciencia. Gustavo me respondió: Eso es precisamente el Mestizaje
2. Y aunque tengo la sensación de irme por los cerros de Úbeda, se me ha venido a la cabeza este artículo de @irreductible acerca de la imagen del científico. ¿Podemos derribar los estereotipos de científico loco y freak con la divulgación, con historia de la ciencia novelada? Y perdonad, que no venga a cuento: pero necesitamos un Louis de Wohl (a quien el Papa le encargaba novelar las vidas de santos, con un resultado bastante bueno), porque material hay de sobra: Davy, Scheele, Curie, y todos los que hemos ido viendo. Por último me he acordado de los cómics de Jordi Bayarri que no he tenido el placer de leer pero pienso que tienen el mismo objetivo




miércoles, 23 de octubre de 2013

Práctica 2

La práctica que a mi me gustaría proponer es el Ludión o Diablillo de Descartes. Es un práctica que me parece muy sencilla, con muchas referencias históricas, un gasto nulo o casi nulo y si no la conocéis os puede parecer llamativa.
    Voy a proponer tres maneras de hacer la práctica, seguro que tenéis a mano los materiales para hacerla de alguna de las tres maneras. Así que espero que no me falléis.



    Modo 1.

    Materiales:
    • Una botella de agua de plástico vacía.
    • Pajitas de refresco.
    • Clips.
    Llenamos la botella de agua hasta el borde. Metemos una pajita cortada por la mitad y doblada, con los extremos cerrados usando un clip. Cerramos la botella y hacemos presión. El agua entrará dentro de la pajita  y veremos como baja hasta el fondo. Cuando dejemos de hacer presión ascenderá de nuevo.

    Modo 2.

    Materiales:
    • Una botella de plástico vacía.
    • Globos.
    • Una tuerca.
    Metemos tres globos o más dentro de la tuerca, de manera que asomen las bocas. El método es el mismo, el aire estará contenido dentro de los globos y el lastre será la tuerca.

    Modo 3. 

    Materiales:
    • Una botella de plástico vacía.
    • Un vial de perfume vacío (de los que dan como muestras). Si es transparente, mejor.
    En esta ocasión tan solo tenemos que introducir el vial vacío de perfume invertido dentro de la botella, de manera que quede dentro el aire. Cerramos la botella y hacemos presión. Es el método más sencillo, si cabe.

    Aquí tenéis el vídeo conlos dos primeros métodos:



    Os propongo estas preguntas para los comentarios:
    • ¿Conocéis otros métodos para hacer el Ludión?
    • ¿Qué leyes se manifiestan en este experimento y cómo? 
    • ¿Qué otras experiencias podrían usarse para ilustrarlas?
    • ¿Qué avance supuso para la ciencia y la tecnología el conocimiento derivado de estos descubrimientos?
    Bibliografía (podréis encontrar otros métodos y una explicación teórica):
    Aquí tenéis una línea de personajes históricos y acontecimientos relacionados con el Ludión:



    PD: Por cuestión de tiempo aún no he podido colgar el vídeo con el tercero de los experimentos. En una actualización los compartiré.

    ¡Un saludo!





      domingo, 20 de octubre de 2013

      Resumen de la práctica 1

      La primera práctica propuesta ha sido la de aluminio con ácido clorhídrico. Después de ampliarla con todas las propuestas realizadas en los comentarios y de realizar alguna que otra vez.

      Los materiales necesarios son:

      1 Ácido clorhídrico, también conocido como salfuman o agua fuerte. Comprar en droguería o supermercado un litro de una concentración del 20% cuesta menos de un euro. El de los laboratorios de los centros educativos es del 35%, se recomienda rebajarlo para que la reacción sea más segura.

      2 Aluminio, sirven bolas de papel para bocadillos. Coste casi nulo.

      3 Botella de plástico vacía. Se recomienda de litro o mayor capacidad por seguridad.

      Precauciones:

      Trabajamos con un ácido muy fuerte, peligroso por provocar quemaduras por contacto. Su punto de ebulición es bajo (menos de 50ºC) por lo que al abrir la botella saldrán vapores peligrosos.
      La reacción produce un gas muy inflamable.
      La posible explosión de la botella lanzará ácido por lo que hay que alejarse cuando comieza la reacción.

      En las explicaciones aclararemos el porqué de estas advertencias.

      La reacción que tiene lugar es:

      Al (sólido) + HCl (disolución)AlCl3 (disolución)+ H2 (gas)

      Es una reacción genérica entre un metal y un ácido que se clasifica  como REDOX, aunque para los objetivos que nos hemos planteado esta vez no es necesario saber tanto.

      En la siguiente línea del tiempo puedes ver encontrar muchos sucesos relacionados con la reacción.



      Recomendamos controlar la mezcla de los reactivos para que la reacción comience cuando nos interese. Primero se echa un poco de agua  en la botella y a continuación, con mucho cuidado, el ácido (unos 20 ml de ácido y 10 de agua está bien para la primera prueba) y finalmente el aluminio de forma que no entre en contacto con la mezcla. Para ello hay dos opciones, la más sencilla es chafar la botella por el centro para evitar que las bolas lleguen al ácido, la opción elegante es introducir las bolitas en cápsulas de gelatina (las de los medicamentos) que se disuelven en agua lentamente.

      Cuando estemos preparados dejamos que los reactivos se pongan en contacto y comenzará la reacción.


      Debido a la peligrosidad de los gases no debemos estar cerca si se da la reacción en un recipiente abierto, o se abre la botella.
      Reacción
      ¿Qué podemos estudiar con ella?

      Se forma una sustancia nueva que, al ser gaseosa, provoca que la presión dentro de botella aumente o llegue a explotar. A esto ayuda el aumento de temperatura que evapora parte del agua.

      Veremos como  aparecen burbujas de hidrógeno en la superficie del metal. Cuanto más diluido es el ácido  de forma más lenta se forman. Si añadimos distintas cantidades de agua observaremos el efecto de la concentración en la velocidad de reacción.

      La reacción es exotérmica, desprende energía, por lo que la mezcla se va calentando poco a poco pero aumentando la velocidad con la que lo hace. Para observarlo sin peligro es necesario añadir agua, además debemos estar cerca. Cuando notemos que la botella comienza a hincharse debemos alejarnos.
      Botella deformadaSi no hemos cerrado bien la botella los gases escaparán y no habrá explosión. En este caso veremos como el plástico se ha deformado por el calor desprendido en la reacción.
      Cuando no hay explosión, podemos fijarnos en lo que queda en la botella. La reacción se detiene cuando se agota uno de los reactivos. Como el papel de aluminio es muy fino, será éste el que se agote en la mayoría de los casos y observaremos que ha desaparecido.

      Sin aluminio
      Si disponemos de material de laboratorio podemos ir un poco más allá.

      - Trabajar con alumio en diversas formas (polvo, limaduras, placas, bolas) y estudiar el efecto de la superficie de contacto entre los reactivos.

      - Recoger el hidrógeno formado para trabajar con él. Bastará con colocar un tubo de ensayo invertido sobre el recipiente de la reacción. El hidrógeno es menos denso que el aire por lo que tiende a subir y desplaza el aire contenido en el tubo. Podemos mejorar la recogida con un tubo de plástico que fuerce al gas a entrar en el tubo.Con el hidrógeno podemos seguir ampliado las prácticas:

      * Estudio de la estequiometría:
       A partir del volumen de H2 desprendido para una cantidad determinada (muy poca) de aluminio, se puede hallar la relación estequiométrica de la reacción. Para medir el volumen de un gas se recoge en un tubo invertido graduado lleno de agua de forma que podamos medirlo con facilidad. Después utilizaremos la Ley de los gases ideales para conocer los moles obtenidos y compararlos con los de magnesio.

      * Hacer música:
      La "armónica química" se consigue encendiendo un mechero frente a la boca de la tubo invertido que contiene el hidrógeno mientras lo giramos poco a poco, para que el hidrógeno escape. En su salida, al arder, emitía un tono como el del tubo de un órgano.

      El tío Tungsteno: 20) Rayos penetrantes.


      En este capítulo Oliver Sacks vuelve a descubrir algo maravilloso de la mano de uno de sus tíos. En esta ocasión vuelve a ser el tío Abe quién le permitirá conocer algo que le fascinará. En primer lugar será iniciado a los rayos catódicos. Su tío poseía una bomba de vacio y una bobina de inducción que combinadas permitían producir un efecto inquietante, "chispas formidables", "serpentinas luminosas rojas", "auroras boreales en miniatura" para acabar todo ello produciendo finalmente los rayos catódicos. Esto cautivaba la imaginación del pequeño Oliver, pero sin duda alguna lo que le terminó de  enamorar fue cuando su tío le mencionó  la existencia de otro rayo "más penetrante"...

      El tío Abe le contó la historía del hallazgo de los rayos X, así llamados por su descubridor Wilhelm Roentgen. El joven Sacks fue conducido por su tío en el camino que llevó a Roentgen al descubrimiento de forma fortuita  de los rayos X mientras investigaba con los rayos catódicos, como los probo él mismo (colocando su mano y viendo la silueta de sus huesos) y posteriormente su mujer, y como después fueron presentados en sociedad pasando en seguida a ser usados por la comunidad médica. Esta fama de "sus" rayos horrorizó a Roentgen quién tras una charla de presentación decidió no investigarlos más ni volver a hablar de ellos. Ni siquiera cuando se le concedió el premio Nobel quiso pronunciar el discurso de aceptación.
      Pero los rayos X también "cautivaron la imaginación del público" en varios aspectos, ya que algunos lo vieron  como una intromisión a la intimidad personal ya que dejaban al descubierto nuestro ser  más hondo. ¡¡Llegó a venderse ropa interior de plomo!!

      Oliver también tuvo la fortuna de poder asistir a clases práticas de aquello que le había contado el tío Abe, ya que otro de sus tíos, Yitzchak, le permitió entrar en su consulta y observar una prueba diagnóstica en directo, viendo como un paciente ingería bario y este recorria todo su sistema digestivo.

      Y por si esto fuera poco, para finalizar el capítulo nos adentramos en la historía de otro descubrimiento, esta vez de la mano de Henri Becquerel. Este, estusiasmado por los rayos de Roentgen dio un  paso más al preguntarse si los rayos X no estarían relacionados con  el fenomeno de la fosforescencia. Lo que hizo fue investigar con sales de uranio (que eran las sustancias fluorescentes más brillantes) exponiéndolas al sol  para luego ponerlas en una placa fotográfica envuelta en negro. Descubrió que al igual que los rayos X, estos también oscurecian la placa. Pero lo que descubriría más tarde fue más espectacular. Cuando quiso repetir el experimento tuvo que esperar mucho tiempo porque el cielo de París no le permitió tener acceso al sol. El experiento quedó aparcado en un cajón y cual fue su sorpresa cuando descubrió que aunque la sal de uranio no había sido expuesta al sol había oscurecido de igual manera la placa fotográfica. Quedó impresionado. ¡¡Había descubierto la radiactividad!!

      Sacks también será animado por su tío Abe para que repita este experimento y pueda comprobar de primera mano el poder de la radiactividad. Cosa que hará encantado una vez más. Este descubrimiento (la radiactividad) podemos decir que pasó desapercibido en su tiempo lejos de lo que ocurriera con los rayos X que saltaron a la primera plana al descubrirse.


      Vamos al tema:

      Al leer, releer y meditar sobre este capítulo (ciertamente me ha encantado) me han venido a la cabeza basicamente tres hilos de debate. Alguno de ellos a lo mejor podéis pensar que no tiene mucho que ver, pero que se le va a hacer, es lo que ha saltado a mi mente tras dos semanas de darle vueltas, muchas veces mientras pedaleaba (sí, pedaleaba, ahí surgen mis mejores ideas...)

      Vamos con ellos.

      1. Cuando Roentgen se da cuenta de lo que cree que acaba de descubrir le dice a su mujer: "Si hablo a la gente de esto antes de tener pruebas convincentes diran: Roentgen se ha vuelto loco".
      Esto me ha hecho pensar en el miedo/temor de los científicos ante sus propios descubrimientos que he clasificado en tres tipos:
             a) Aquellos que tienen miedo por haber descubierto algo que se les escapa de las manos o que parece superar la ciencia del momento y temen ser tachados de locos.
               b) Aquellos que descubren algo que entra en contradicción con sus creencias o con las de su época (no religiosas). 
               c) Aquellos que descubren algo que entra en contradicción con sus creencias o con las de su época (religiosas).

      ¿Se os ocurre algún otro tipo de "miedo" que añadir a la lista?
      ¿Qué científicos se os ocurren que puedan encajar en estas categorias?

      2. Continuamos con Roentgen. Cuando este ve el alcance de su descubrimiento parece bloquearse y hasta no querer saber nada de él. 

      ¿Creéis que un exceso de fama personal o un gran alcance de la propia investigación puede ser contraproducente para el científico?
      ¿Puede llegar a bloquearle ese salto a la primera fila, por ejemplo con la concesión de un Nobel?


      3. Viendo la repercusión que tuvo el descubrimiento de los rayos X, que enseguida saltó a la imaginación popular en sus más variadas vertientes (leer las mentes, ver lo más recondito de nuestro ser..., ropa interior de plomo), ¿no os recuerda esto a los acontecimientos actuales?

      ¿Cómo comparáis aquello con la repercusión de las nuevas tecnologías actuales (en su más amplio espectro, desde la televisión o los móviles hasta internet)?
      ¿Y qué os sugiere aquel momento en comparación con el actual en cuanto a sensacionalismo o manipulación de estas tecnologias?

      ¡¡Hay que ver lo que uno piensa mientras da pedales, os lo recomiendo!!

      Y ahora, sin más dilación que empiecen las tertulias...









      domingo, 13 de octubre de 2013

      El tío tungsteno: 19) Mi madre


      El título de este capítulo predispone a la ternura y la emotividad en la historia de un niño que puede conmover tanto al describir el olor y los sonidos de las distintas zonas de su casa, la personalidad de cada miembro de su familia y la belleza de la ciencia como refugio. Esperamos una emotividad mucho más intensa en esta descripción y nos topamos con disecciones, historias truculentas y nuevas excentricidades.

      La madre de Sacks, admiradora de la belleza presente en las estructuras orgánicas, puede pasar horas abstraída frente al microscopio o diseccionando cuerpos. Es una gran profesional de la medicina, maestra exultante, empática con el dolor del paciente, capaz de una concentración total en las operaciones y de la abstracción necesaria para separarse emocionalmente. Segura de sí misma hasta el extremo de dar el pecho a su hijo en una clase universitaria sobre lactancia.

      La madre de Sacks. Incapaz de relacionarse en encuentros sociales, recluída permanentemente en su mundo interior de abstracción, capaz de hacer a su hijo pequeño diseccionar cuerpos de bebés y hacerle notar las deformidades que él podía haber tenido, o de enviarle a diseccionar el cuerpo de una niña de su misma edad.

      Brillante y terrible. Conmovedor, pero no por la vía por la esperaba que lo fuera, sino por la capacidad de análisis de Sacks, fina y cruda, pero sin rencor.

      Este capítulo me ha hecho pensar sobre todo en dos cosas muy distintas.

      Por un lado, el identificarme con el personaje de Sacks y de su madre. Tímidos hasta el extremo para el trato personal, pero capaces de enfrentarse a una audiencia de cientos de personas sin perder el aliento. Me parece una característica de lo más intrigante.
      ¿Qué puede ser eso que hace a una persona sacar todo su potencial al hablar en público pero quedarse completamente bloqueada al tratar a un grupo de dos personas?

      El otro tema, mucho más manido, pero también más interesante, es el del mito de Frankenstein.
      El doctor de la novela, es un gran científico. Una persona de curiosidad insaciable, metódico, analítico, trabajador, apasionado... ésta es su maldición.
      Frankenstein realiza su trabajo desde la abstracción absoluta. Estudia la muerte sin sufrir asco por la putrefacción, sin sentir escalofríos por el significado de lo que está analizando. La pasión por entender la relación entre los tejidos y la vida lo lleva a fabricar un ser humano y dotarlo de vida sin pararse a pensar un momento en lo que puede implicar esto. El monstruo es en realidad el doctor, no su creación.

      Sobre este tema me surgen un montón de reflexiones que me gustaría compartir:
      • La vigencia o no del mito de Frankenstein.
      • Si os parece que la abstracción en ciencia es un arma de doble filo, imprescindible para alcanzar la profundidad del análisis, pero también deshumanizadora.
      • Si justifica esto el miedo a la ciencia que encontramos en tantos sitios.
      • Si conocéis ejemplos actuales o históricos donde esto ha podido suponer un problema y cómo consideráis que puede atajarse.
      • Si es más peligrosa la abstracción del ser humano o de las instituciones humanas.
      • Si la capacidad analítica del científico, tan lineal y sólida, es incompatible con la creatividad artística y si puede esto suponer una tara.

      No es necesario que respondáis a todo, sólo quisiera sacar alguna reflexión sobre esto. Creo que el pensamiento científico ha invadido mi mente hasta el punto de no poderme concebir sin él, me ayuda mucho a resolver los problemas de la vida cotidiana como hemos hablado en capítulos anteriores, me ha dotado de capacidad crítica, puedo entender y atajar problemas con mucha más facilidad. Pero a veces me pregunto hasta qué punto no es al mismo tiempo una maldición. ¿Vosotros qué creéis?

      sábado, 5 de octubre de 2013

      El tío Tungsteno: 18) Fuego Frío

      Otro de los tíos de Oliver, el tío Abe, tiene el protagonismo en este capítulo. De la misma manera que el tío Abe se había interesado por la luz caliente procedente de filamentos incandescentes, el tío Abe se había interesado por la "luz fría". Esa luz fría se manifiesta en el fenómeno de la luminiscencia y sus diferentes clases: fotoluminiscencia, fluorescencia, fosforescencia, termoluminiscencia, quimioluminiscencia, triboluminiscencia, electroluminiscencia y radioluminiscencia.

      Oliver se recrea con el fósforo en su laboratorio. Al hervirlo con potasa caústica las burbujas de fosfina que se escapaban ardían espontáneamente, cuando lo incendiaba el pentóxido llenaba la campana de nieve de pentóxido de fósforo, al calentar el fósforo blanco formaba su forma alotrópica, el fósforo rojo. La historia de la obtención del fósforo se cruza aquí, asi nos narra como Henning Brandt en sus experimentos de alquimia con orina lo aisla. Boyle también estudia la luminiscencia, disuelve el fósforo el alcohol comprobando como se mantenía en el tiempo y su necesidad de aire, además de interesarse por la otras formas como trató en su obra "Algunas observaciones acerca de la carne brillante, tanto de ternera como de gallina, y ello sin ninguna putrefacción perceptible de los cuerpos".

      Abe también se interesa por la fosforescencia, llamada así por el "fósforo de Bolonia" (sulfuro de bario). Este fenómeno fue observado por un zapatero de Bolonia al calentar unos guijarros con carbón, la reducción de los minerales dió lugar al sulfuro que iba radiando energía en forma de luz lentamente, y fácilmente reproducible a partir del sulfuro de calcio obtenido calentando conchas de ostras con azufre.

      La fluorescencia sin embargo debe su nombre a la presencia de fluorita en muchos de los compuestos capaces de reemitir la luz absorbida con una longitud de onda (color) distinto. El padre de Oliver le muestra la fluorescencia del agua de quinina, y observa como el efecto se acentúa usando la lámpara ultravioleta de la consulta de su padre o una lámpara de mano de Wood que su tío Abe tenía en el desván de su casa. Las sustancias fluorescentes y fosforescentes (muchas veces son los mismos) fascinan a su tío, y las prepara con materiales presentes en su desván.

      Para Abe resulta evidente que la luz fría no sería suficiente para iluminar un hogar, no pensaba lo mismo de la electroluminiscencia: desde el siglo XVII se sabía que el mercurio de un barómetro electrificado por fricción contra el cristal emitía un hermoso brillo azulado. Sus investigaciones le llevaron a tener un importante papel en el desarrollo de tubos fluorescentes comercialmente viables.

      Ambos hermanos mantenían unos sanos (en apariencia) debates sobre la conveniencia de la "luz caliente" o la "luz fría". Un ejemplo a seguir. Hoy en día existen muchos debates sobre temas contrapuestos en ciencia, y no siempre los debates resultan tan cordiales.

      Y aquí mi propuesta: ¿qué ejemplos de teorías contrapuestas en ciencia se te ocurren? ¿Debería existir un protocolo de debate en ciencia que llevase a un consenso y una aceptación por parte de la comunidad científica de aquellas teorías que presenten más evidencias? En este momento pienso en como unos pocos estudios que mantienen posturas inverosímiles hacen daño a los avances científicos apoyados por gran cantidad de evidencias. Por ejemplo, estudios que apoyan la sensibilidad electromagnética, daños ocasionados por antenas de radiación, estudios en contra de alimentos modificados genéticamente... ¿Qué otros ejemplos se os ocurren? ¿Se os ocurre algún otro modo para evitar el daño ocasionado por esta (según creo) pequeña cantidad de estudios? ¿A qué creéis que se debe la gran difusión que reciben?

      Nada más que añadir, ¡un saludo!



      sábado, 28 de septiembre de 2013

      El tío Tungsteno: 17) Un espectroscopio de bolsillo



       
      Oliver vuelve a encontrarse con la magia de la química, se ve sorprendido y atraído por el fuego, sus colores, su danza. La fantasía y la ciencia vuelven a mezclarse en la mente inquieta de un Oliver rodeado de motivaciones. La familia vuelve a ser fundamental en sus descubrimientos, la madre, tía Len, tío Abe.

      El espectroscopio y la longitud del espectro, Lockyer, Fraunhofer, serán sus nuevas lecturas, pero Oliver no se conforma con lo que lee en los libros, se plantea cuestiones a resolver y el método científico fluye a lo largo de todo el capítulo.

      Resulta interesante ver como de las observaciones de lo cercano, tangible, los conocimientos pueden irse extrapolando hasta llegar a la explicación de fenómenos como la composición del Sol y las estrellas de forma muy acertada.
      Del conocimiento de lo cercano hasta lo más alejado, para volver a la Tierra en busca de nuevos elementos. Todo ello posible gracias al nuevo aparato, el espectroscopio.

      El descubrimiento  del helio emociona a Oliver. Ciencias y letras vuelven a unirse, a fin de cuentas todas forman parte del conocimiento. Dickens habla de un espectroscopio moral. Un nuevo guiño, como se comentaba en el capítulo anterior, a su futura profesión, en esta ocasión relacionado con la medicina forense añade un toque de suspense, intriga, y nos vuelve a acercar a la literatura, Sherlock Holmes, Challenger y sus deducciones.

      Aparece la música como un apoyo a la explicación científica

      En resumen un capítulo en el que se trabaja con el método científico, en el que se integran ciencias, artes y letras como un todo en el conocimiento del mundo que nos rodea.

      Oliver lleva su espectroscopio a todas partes, me ha parecido interesante la posibilidad de hacer nuestro espectroscopio con materiales que tenemos en casa. Dejo unas páginas con indicaciones para fabricarlos.


      Cuestiones:

      1.-Siempre me han sorprendido los fuegos artificiales, su variedad de formas y colores. Creo que es algo atractivo para pequeños y mayores ¿Podría servir como motivación para el estudio de las ciencias? ¿Cómo?

      2.- Oliver estudia, lee y posteriormente comprueba ¿Qué importancia creéis que pueden tener los laboratorios en el estudio de la ciencia? ¿No es un contrasentido que en los últimos años, ahora más con la excusa de la crisis, cada vez haya menos recursos para que se utilicen?

      3.-En este capítulo se alterna la teoría con la práctica, la Ciencia con mayúsculas con la ciencia del día a día. ¿Puede la ciencia ayudarnos en tareas cotidianas? ¿Cuáles se os ocurren?

      4.- El capítulo, en general, es una puesta en práctica el método científico. Son muchos los que separan ciencia y vida. ¿Consideráis que el método científico es aplicable a la vida diaria, o por el contrario es un método a utilizar exclusivamente en el ámbito científico?

      5.-Muchos astrónomos eran aficionados, incluso grandes músicos. Para ser un buen músico pensáis que son necesarias las matemáticas. ¿Consideráis importante el conocimiento de esta disciplina para un desarrollo integral? ¿Veis la relación con las ciencias?