Me ha gustado mucho este capítulo. Eso sí, no me siento capaz de detectar ningún gazapo, porque la verdad es que no tengo mucha idea de los temas que está tratando Bryson aquí. Lo suficiente para disfrutar y maravillarme con semejante condensación de buenas historias... Empezamos hablando de las peculiaridades químicas, físicas y etcétera del agua, que la hacen un medio inhóspito y adecuado para la vida según las circunstancias. Recomiendo leer AGUA, sutileza para la vida de @banchsinger.
Bryson emplea la paradoja constante de su peligrosidad versus su habitabilidad. Tras darnos una visión general de las proporciones de agua dulce y salada, y del metabolismo de la sal, pasa a hablar del fondo océanico y de la investigación de los lechos marinos. Un campo reservado a un puñado de aficionados que con sus propios medios construyó máquinas muy al estilo del capitán Nemo. La Marina estadounidense se implicó en una de ellas y rápidamente se desimplicó por no considerarlo interesante ("No aprendimos demasiado de todo aquello. ¿Por qué repetirlo?"). Sin embargo, los oceánografos, aunque con escasez de medios, se las han arreglado para ir aprendiendo un poco más de las curiosidades y especies que pueblan el mar delimitador. Especies que conocemos solo por sus esqueletos o su digestión en cachalotes, como es el caso del calamar gigante; pero también bacterias que en vez de hacer la fotosíntesis hacen quimiosíntesis. Hubiera sido más propio de la ciencia ficción que de la ciencia pero es cierto... Todo lo que descubrimos nos hace replantearnos la definición de vida. Tristemente la mayor investigación (de acuerdo a Bryson) en el mar tenía como objetivo explotarlo como vertedero de residuos radiactivos, que de ninguna de las maneras, parecen haber seguido pautas de prudencia y sentido común.
En este capítulo tengo la sensación de haber percibido varios tipos de estupidez humanas (todo a un nivel muy personal y subjetivo, o sea que no tenéis por qué coincidir para nada):
1. No aportar recursos porque se "aprende poco": no volvemos a financiar una expedición a la fosa de las Marianas porque total, para encontrar un lenguado... Conocemos mejor Marte o la Luna que ciertas zonas de nuestro planeta. Me parece que el razonamiento que lleva a esta conclusión es una falacia. ¿Qué opináis? Los resultados en ciencia son importantes, ¿cómo os parece que debemos invertir los recursos limitados de financiación para dar prioridad a según qué investigaciones? Mucha gente de la calle preferiría curar el cáncer a descubrir el bosón de Higgs o explorar el fondo del mar. Aquí hemos hablado otras veces que el conocimiento es uno y que las áreas de la ciencia convergen, de manera que haciendo investigación espacial se puede avanzar con el Alzheimer. Mi pregunta es: ¿cómo gestionarías los recursos, cómo establecerías prioridades?
2. Disparar a bidones con residuos radiactivos para hundirlos. No tengo mucha idea de gestión de residuos radiactivos ni de su historia, pero conociendo los efectos sobre los seres vivos (Hiroshima y Nagasaki), tengo la sensación de que no quisieron pensar las consecuencias de tirar residuos al mar, y menos de una manera razonada. Aunque quizá todavía me duele más que ni siquiera sepamos ni podamos intuir el daño que pudimos hacer al ecosistema marino con semejante acción. ¿Alguien en la sala sabe más del tema? Me gustaría aprender.
3. Pensar que los recursos son ilimitados y explotar la naturaleza (los peces, en este caso) sin pensar en el presente, pasado y futuro del ecosistema, ni siquiera de manera más egoísta en dejar un mundo mejor a nuestra descendencia. De hecho, desde mi percepción, las obras de ciencia ficción nos llevan a otros planetas (Asimov, Scott Card) y algo ha cambiado en la humanidad: somos más conscientes y prudentes en nuestros actos. Sin embargo, yo soy más pesimista..., viendo lo que funcionan los tratados políticos del cambio climático y el CO2; o el caso que hacen los gobiernos al GBIF y otros comités científicos, tengo la sensación que ni siquiera nos importa el mañana de este planeta.
No quiero acabar con mal sabor de boca... jajaja. La verdad es que después de este capítulo tan interesante, dan ganas de seguir leyendo para embarcarnos la semana que viene en la aparición de la vida :)
¡Hola!
ResponderEliminarFelicidades a Dolores por el resumen corto, pero dando en el clavo, y por las preguntitas para el debate, que se las traen...
Sobre como gestionar recursos y prioridades, lo único que se me ocurre es utilizar un modelo que ya se usa, sobre todo en el programa marco (ahora horizonte 2020) de investigación en Europa, pero que se cumpliera, sin tener intereses políticos o comerciales como ocurre ahora. Lo primero sería que todas las áreas de investigación realizaran una hoja de ruta en las que ellos mismos establecieran las áreas de investigación y crearan "tópicos" específicos de investigación, estimando el presupuesto. Esta hoja de ruta o plan de trabajo, se pasaría a los organismos encargados de dar financiación simplemente para que gestionen su publicación a concurso público. Es decir cada organismo de investigación (o grupo de organismos) presentaría una oferta en la que establecen como van a cubrir el tópico de investigación de la hoja de ruta y cuanto presupuesto necesitarían. Después un grupo de expertos independientes (que no hayan participado en la preparación de ofertas, ni pertenezcan a los grupos que los organismos que la han preparado) la evaluarían desde un punto de vista técnico y económico y se daría financiación a las mejores hasta cubrir el presupuesto disponible.
Como digo así es como funciona el Programa Marco, aunque a veces los intereses políticos y comerciales pueden más que la evaluación técnica y económica y no hay día en que no te lleves una decepción por ello.
Con respecto a los otros dos puntos, no conozco el tema como para opinar, aunque respecto al segundo me gustaría mucho conocerlo. Lo único que puedo decir es que me cabrea pensar que podemos llegar a ser así.
¡Buena semana!
Muchas gracias por comentar, Jorge: eres siempre el primero y el más fiel ;D
EliminarJusto me pasaba por aquí para compartir un artículo que me ha parecido interesante sobre los fondos para investigación y cómo no deberíamos distinguir tanto entre ciencia básica y aplicada: La inevitable ciencia de los bichos raros
Buen resumen y mejores cuestiones, como siempre, Dolores.
ResponderEliminarTambién he disfrutado mucho con el capítulo. Empecé a leerlo cansado y preferí dejarlo para un momento mejor. Perdón por abandonaros ayer.
Ya me gustaría saber admistrar bien los recursos, me conformo con unirme a la propuesta de Jorge, excelentemente planteada por cierto. Eso sí, sé muy bien cómo no hacerlo, dedicándolo a obras faráonicas que me den votos.
Estoy con la convergencia, la búsqueda del bosón dará lugar a aplicaciones que ayudarán en la cura del cáncer.
Debo suponer que algún científico ideó lo de meterlos en bidones, tenía entendido que con recubrimiento de hormigón, y sellados para esconderlos en las fosas. Lo de que floten debió ser un problema inesperado (cosas de la ciencia misma) que debía solucionar un militar (eso de tirarlos debía ser medio secreto) por la vía rápida. Los estudios sobre el impacto no tendrán muchos paises con interés en que se realicen...
Yo también soy pesimista en cuanto al futuro del planeta. Aunque mejorarmos en la idea de conservarlo los que realmente pueden hacer algo, y son los gobiernos, solo piensan en aumentar sus ingresos.
¡Bienvenida, Raquel (¿eres Raquel, verdad?)! Sería genial verte por este blog ;) hay gente muy interesante y salen temas y debates chulos. Siéntete en tu casa y pasa a leer/comentar/pasártelo bien cuando puedas :D
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