sábado, 7 de marzo de 2015

Mala Ciencia: 9) El "profesor" Patrick Holford

En este capítulo Goldacre sigue el mismo guion al que nos tiene acostumbrados al centrarse en un personaje concreto para exponer sus argumentos.

Nos cuenta que Patrick Holford es el eje académico en torno al cual gira el movimiento del nutricionismo en Gran Bretaña, y fundador de su institución educativa más importante, el Instituto para una Nutrición Óptima. Esta organización ha formado a la mayoría de las personas que se definen como “terapeutas nutricionales” (aquí aprovecho para señalar una aclaración importante: los términos “nutricionista”, “terapeuta nutricional”, “asesor de terapias nutricionales” y otras muchas variantes no son términos protegidos: cualquiera puede declararse “nutricionista” a diferencia de los términos “médico” o “enfermero” que requieren de una titulación oficial que los avale).


Voy a variar el orden del capítulo para ofrecer a continuación una breve biografía del personaje, que nos ayudará a seguir la argumentación. Holford estudió psicología experimental en York antes de ir a EE.UU. a continuar su formación bajo la tutela de dos investigadores en salud mental y nutrición (Carl Pfeiffer y Abram Hoffer, ambos creadores de una medicina “ortomolecular” que trata de curar enfermedades mentales a través de la nutrición…)

Tras obtener su título, Holford comenzó a trabajar como vendedor para el fabricante de pastillas de suplementos Higher Nature. Fundó el Instituto para una Nutrición Óptima en 1984 y fue su director hasta 1998. Su única cualificación en la materia proviene de un “diploma” en terapia nutricional que el propio ION le otorgó en 1995.

Goza del favor de los medios de comunicación y ha escrito, solo o en colaboración, unos cuarenta libros (todos best sellers). Según los medios británicos, el profesor Holford es uno de los más destacados intelectuales, no un vendedor de pastillas de vitaminas que trabaja para la industria de los suplementos alimenticios. “Se trata de un académico que encarna una manera concienzuda y visionaria de abordar las pruebas científicas  y que constituye una auténtica fuente de inspiración”.

Goldacre centra su interés en Holford únicamente porque se dedica a enseñar a los nutricionistas a tratar a la nación, y porque le han concedido una plaza de profesor visitante en la Universidad de Teesside, donde está previsto que imparta clases y supervise trabajos de investigación (aunque por diversos motivos finalmente no llegó a ser contratado). Apostilla: si es un hombre de ciencia y un académico, entonces deberíamos tratarle como tal, con el mismo escrupuloso rasero que a los demás.

Salud, cáncer y pastillas vitamínicas

La primera crítica importante al trabajo de Holford tiene que ver con la afirmación de que el AZT (primer medicamento anti-VIH) es potencialmente dañino y se está demostrando menos eficaz que la vitamina C (realizada en el libro New optimum nutrition bible, que tiene una página en Facebook).

Esta afirmación se apoya en un estudio de laboratorio en el que se examinaron unas cuantas células en una placa. Concretamente, se vertió un poco de vitamina C sobre esas células y se midieron una serie de indicadores complejos, en los que se apreciaron variaciones cuando la presencia de la vitamina C en el medio era significativamente mayor. De nuevo nos encontramos ante otra extrapolación crédula de unos datos preliminares de laboratorio a una hipótesis médica general en seres humanos reales.

En este caso concreto, Goldacre insiste en que el problema no estaba en ese estudio o la metodología, sino en la interpretación torticera e interesada que hizo Holford del mismo.

Una revisión vagamente sistemática

Después de asustarnos con la idea de hacer una edición anotada del libro de Holford, Goldacre vuelve a criticar la forma de escribir de estos personajes, camuflándose bajo una plausible jerga técnica, y decide centrar sus esfuerzos en el capítulo en el que explica por qué deberíamos tomar suplementos (por supuesto cuenta con su propia gama de pastillas y píldoras líderes en ventas).
Para ello aconseja tomar vitamina C en pastillas para suplir la deficiencia argumentando que hay un ensayo que reduce la incidencia de los refriados. De nuevo nos encontramos ante una “selección ventajosa” de los datos que más convienen a su argumento. En realidad, una revisión sistemática (metanálisis) de Cochrane reunió pruebas empíricas de los 29 ensayos diferentes llevados a cabo sobre el tema (con más de 11.000 participantes) y concluyó que no hay evidencia alguna de que la vitamina C prevenga los refriados (podéis leer un resumen del ensayo Cochrane en español aquí o la versión íntegra en inglés aquí).

Menciona varios asuntos más relacionados con este tema pero no creo necesario referirlos en el resumen porque van todos en la misma dirección.

¿Profesor?

Y ahora llegamos al que creo es el punto más importante de este capítulo donde se discute porqué las universidades dejan que este tipo de personas accedan a su cuadro de profesorado.
A mí no me sorprende en definitiva que haya emprendedores y gurús (individuos, en definitiva) que se dediquen a vender sus pastillas y sus ideas en el mercado libre. En cierto (aunque extraño) sentido, respeto y admiro su tenacidad. Pero lo que de verdad me tiene asombrado es que las universidades, que son depositarias de un conjunto muy distinto de responsabilidades, los acojan y, sobre todo, que lo hagan en un campo como el de la nutrición, donde el peligro es muy concreto.
El proyecto de los nutricionistas es más interesante: su trabajo adopta la formade lo científico el vocabulario, las píldoras y las referencias académicas) y sus afirmaciones imitan superficialmente las aseveraciones de los investigadores que se dedican al campo de la nutrición, en el que queda aún mucha ciencia real por hacer.


La universidad de Teeside, considerada de las peores del país, accedió a conceder una plaza de profesor a Holford porque uno de los institutos que dirigía iba a entregar una cuantiosa beca. Y es aquí donde vemos las verdaderas intenciones de estos individuos: tratan de comprar, a costa de lo que sea necesario, una respetabilidad y credibilidad que de ninguna otra forma podrían obtener.

Terminaré citando un párrafo que ya destacó Javi en el podcast de las tertulias:
La realidad es que esta extensa industria del nutricionismo (y, lo más importante, este fascinante estilo de “academicismo”) está, en estos mismos instantes, penetrando (desapercibido, sin críticas) en el corazón mismo de nuestro sistema académico, por culpa de nuestra desesperación por encontrar respuestas fáciles para grandes problemas como la obesidad; por culpa de nuestra necesidad colectiva de soluciones rápidas; por culpa de la disposición de las universidades a trabajar con figuras de cualquier sector de la empresa privada; por culpa del admirable deseo de dar a los estudiantes lo que quieren, y por culpa de la fenomenal credibilidad que entre el gran público han alcanzado estas figuras pseudoacadémicas, en un mundo que, al parecer, ha olvidado la importancia de evaluar críticamente todas las afirmaciones científicas.
Creo que este párrafo solo hubiera sido suficiente para resumir no solo el capítulo, sino todo el libro. Es sencillamente magistral.

Bien, ahora os dejo el podcast para que lo escuchéis mientras contestáis a las cuestiones (si es que no lo habéis hecho ya…)

Cuestiones:  
  • ¿Sería factible escribir un libro del estilo de “Mala ciencia” pero con casos exclusivamente españoles? ¿Por qué no se ha hecho aún? (Esta cuestión se planteó en el podcast).
  • Debatamos sobre educación y la incursión de las pseudociencias en los centros. ¿Qué opináis del último párrafo que he resaltado? ¿Creéis que Goldacre hace un análisis certero de la realidad? ¿Sucede lo mismo en nuestro país? ¿Hay alguna forma de evitar que suceda? 

22 comentarios:

  1. Me ha encantado que hayas indicado los párrafos clave del capítulo y que hayas resumido tan bien el “curriculum” de este señor. ¡Gracias por ponérnoslo tan fácil!

    Estoy con Conxi en que no ha sido tan duro como con la doctora McKeith. De hecho he detectado un lenguaje un tanto edulcorado más centrado en los que dice Holford que en como lo dice, a pesar de que establece un diálogo personal con él al final del capítulo retándolo públicamente.

    Leyendo me ha venido a la cabeza una duda existencial. Cuando este tipo de personas empiezan a difundir sus ideas, ¿lo hacen porque están convencidos de que tienen razón o directamente porque son así de malos y piensan en enriquecerse timando a los demás? Quiero pensar que sus seguidores, siguen sus pasos porque son ilusos y no se cuestionan nada de lo que les dicen, pero ellos… No sé, me cuesta creer que haya tanta maldad, un psicópata tiene un trastorno psiquiátrico (en la mayoría de los casos) y es malo porque sí, pero esta gente, al igual que los dictadores o gurús de una secta,…

    Paso a las cuestiones.

    - Como dice Conxi, existen los libros de la colección ¡Vaya timo!, que para algunas cosas se parecen a Mala Ciencia y también tenemos a JM Mulet con sus dos libros (tengo pendiente el segundo). Lo que se me ha ocurrido es que a partir de ahora, en cada capítulo, intentáramos hacer más deberes y buscáramos equivalencias en España sobre el tema tratado en el capítulo, ¿qué os parece? Además Conxi ya ha empezado ;o))

    - El párrafo es brutal, habría que enmarcarlo y colgarlo en todas las farolas (en lugar de la propaganda electoral) y que los 8 minutos de publicidad cada dos minutos de programa de televisión fuera una imagen con este texto y una voz leyéndolo una y otra vez. Con esto quiero decir que el análisis de Goldacre es muy real y refleja lo que pasa en nuestro país y en cualquier otro de los que conozco. Se me ocurre una manera de evitar que esto pase, pero ya que antes he criticado la maldad no quedaría bien. La manera más legal de evitarlo es, como hemos discutido en otras ocasiones, a través de la educación. El problema es que si quien decide los contenidos del programa educativo hace lo que ha hecho estos últimos días, en lugar de evitar el problema, lo agravará.

    Por cierto, para el próximo podcast, a ver si no lo hacéis tan bien, que lo dejáis todo muy bien discutido y no queda margen para discutir en el blog ;o)) Es broma, ¡enhorabuena a todos! Os quedó genial.

    ¡Buen fin de semana!

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    1. Hola Jorge, sobre la duda existencial, también me lo he preguntado. Y, a parte de lo que planteas sobre que se lo crean (y que entonces utilicen una lógica deformada por la creencia), la alternativa de la maldad, la describiría de otra manera: poca o nula empatía con los afectados, teniendo como único objetivo el dinero.

      Es decir, no creo que hagan daño conscientes de lo que están haciendo, sino porque no les importa lo que les están haciendo a otras personas.

      Y sobre buscar equivalencias Españolas, en los siguientes capítulos, no sé si darán para tanto, pues he visto que no hay más nombres propios en los títulos de los próximos capítulos :).

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    2. Hola Conxi y Jorge (más tarde le diré a Jose Luis lo bien que ha resumido, jajaja... que ahora estoy muy, pero que muy liado)
      Aunque no pensaba comentar todavía para no liarme (pero he leído capítulo y comentarios; y tengo pendiente podcast) no he podido resistirme: ¡estoy casi completamente de acuerdo con Conxi, aunque yo pondría un poco de la redacción de Jorge!
      ¿A qué me estoy refiriendo? a la duda existencial: ¿lo hacen porque están convencidos de que tienen razón o directamente porque son así de malos y piensan en enriquecerse timando a los demás?

      No doy más vueltas y me intento explicar:

      Los "primeros timadores" creo que en la gran mayoría de las ocasiones serán estafadores (aunque seguro que hay una pequeña proporción de iluminados); entre los seguidores quizás se alteren esas proporciones y las balanzas sean justo las contrarias (la incultura científica hace mucho daño a seguidores y timados).

      Pero lo que a mi me interesa es ¿cómo son capaces de hacer lo que hacen los que son conscientes de que son estafadores?
      Desde mi punto de vista la gente mala, pero mala de verdad, existe. Pero creo que no es mucha, y considero que tienen un problema de salud mental grave. Resumiendo, son tan pocos que creo que no justifica la gran cantidad de maldad que observamos.

      ¿Qué justifica entonces tanta injusticia, corrupción, fraude...? Creo que la palabra que lo explica es empatía (gracias Conxi)
      Y ¿por qué me paro tanto en esta idea? Porque soy profesor (y seguramente también porque ayer estuve en una Tertulia entre profesores que organizó @ADCMurcia). Me planteo que siendo tan importante es una de las capacidades que se deberían de trabajar en nuestros centros educativos. ¿Y caminamos en esa dirección? NO
      ¿Por qué lo afirmo con esa rotundidad? Porque para que aparezca empatía deben de ocurrir muchas cosas y creo que una de ellas es que se conozca la problemática de la personas que te encuentras en el día a día.
      Las personas creo que son empáticas por naturaleza (aunque obviamente algunas más que otras), pero solo con aquellas que ven próximas, con aquellas que comprenden, con aquellas que...
      Pero el mundo está globalizado, nos encontramos diversidad por donde quiera que miremos... y el Sistemas Educativos Español pretenden segregar por notas, por capacidades, por creencias, por poder adquisitivo... NOS ESTAMOS EQUIVOCANDO
      Soy consciente que no todos tienen las mismas motivaciones y que por lo tanto debemos de dar respuestas diferentes a cada colectivo, pero eso no tiene porque significar segregación. Es difícil de gestionar cuando las clases están masificadas, es difícil cuando los políticos imponen políticas segregacionistas, es difícil... pero debemos buscar respuestas imaginativas porque nos estamos jugando mucho.

      Menudo rollo que os he cascado. Saludos.

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    3. Hola Conxi y Juan Carlos.

      Conxi, también me parece que la palabra empatía es más adecuada, siendo en este caso la falta de empatía. Has dado en el clavo pero creo que sólo hasta cierto punto (luego lo explico).

      Creo que Juan Carlos tiene razón en que el problema es que no se conoce la problemática de las personas que te encuentras en el día a día. Es cierto que todos tenemos empatía a quien tenemos cerca, pero precisamente si te vas a dedicar a suministrar algún servicio u producto a otros que no tienes cerca, se debería tener empatía por esas personas.

      ¿Es la falta de empatía intencionada? Dependería del caso y enlazo con lo que he dicho arriba de "hasta cierto punto". En personas como el profesor Holford creo que sí, que no se preocupa por los demás. Pero si pienso en casos como el de Mariló Montero, estoy seguro que tiene mucha empatía hacía las personas a las que se dirige. Lo que pasa es que como no es la "primera" de la cadena ella simplemente dice lo que ha escuchado.

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    4. Estaría de acuerdo en todo si no hubieras puesto el punto a). El problema es que creo que la empatía no tiene nada que ver con la cultura/creencias/formación de una persona. Según la RAE, la empatía es la “Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro”. La Wikipedia también la define como “La empatía del griego ἐμπαθής ("emocionado") es la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo puede sentir. También es descrita como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra”.

      Por lo tanto, ya puedes tener la creencia religiosa que sea, un nivel de cultura u otro y un nivel de formación u otro, todo dependerá de cómo percibas las emociones de otra persona y como te involucres personalmente con ella en base a sus emociones y las tuyas.

      Coincidiría al 100% si a) lo plantearas como ¿Estamos de acuerdo de que con falta de sentido común y educación (como persona, no académica) es más fácil no ser empático? Otra cosa, que me suena que ya lo hemos discutido en otra tertulia (creo que el año pasado), es ¿qué es el sentido común? Y aquí creo que nos podemos meter en otro debate interesante ;o))

      En cualquier caso, lo que dices de Mariló es lo que debería de pasar si tuviera sentido común, preguntara, se informara y fuera bien asesorada y dijera que no cuando no está de acuerdo con algo, pero repito que sí creo que tiene empatía, porque estoy seguro de en ningún momento quiere hacer mal a nadie intencionadamente y es consciente de que las emociones de los demás respecto de cualquier tema pseudocientífico que trate.

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    5. Pues puede que tengas toda la razón y esté intentando simplificar mucho el tema.
      De todas formas creo que la empatía tiene mucho que ver con la proximidad con la que veas tu el problema y con el conocimiento que tengas de él (obviamente te emocionas más bajo esas dos circunstancias).
      Pero me he puesto borde y simplificador de más, porque es cierto que la sucesión de preguntas se adaptan mejor al sentido común.

      Gracias por poner los puntos sobre las ies.

      PDT. Cuando esté más desocupado volveré a este tema de la empatía porque como he dicho, me interesa porque creo que es fundamental intentar que nuestros alumnos lo desarrollen al máximo.

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    6. En algún sitio he leído que un verdadero tirano es el que no es capaz de sentir el dolor que causa su comportamiento en los demás, vamos que un tirano es el que no empatiza con sus víctimas. Yo creo que al que inicia algo así se le juntan varias cosas, por un lado puede que sea un poco tirano, y por otro, la cantidad de dinero que le llueve acaba con cualquiera de sus reparos.
      Otra cosa es la cantidad de gente que se las cree y las difunde. En este caso estoy de acuerdo con JC en los puntos b), c) y d). En la primera cuestión, yo creo que la incultura no les hace menos empáticos, es simplemente que dan por buenos unos conceptos y no se explican como puede existir alguien que no crea como ellos. La cultura implica aceptar la diversidad, y su ausencia… todo lo contrario.

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    7. Me gusta la definición de verdadero tirano.

      Por cierto, para que no se desvirtúe el debate si alguien lo quiere seguir, decir que cuando digo incultura me refiero a desconocimiento. La incultura relacionada con la empatía es el desconocimiento de la cultura de otras gentes, de la realidad y antecedentes sociales, de los hábitos/costumbres/valores/creencias, de sus esperanzas y posibilidades...
      Ejemplo: a una persona competitiva le costará más ser empático con una persona no competitiva, y si además está en el seno de una familia/sociedad que solo fomenta la competitividad aquellos que no pisen cabezas para ganar serán para los competitivos unos grandes desconocidos y jamás se podrán poner en su lugar (de hecho los despreciarán). Eso es lo que opinó yo que le pasa a muchos corruptos, a muchos timadores, a muchos maltratadores, a muchos violentos...

      Me gusta pensar, que si fueran educados en ponerse en lugar de otros quizás muchas de sus actitudes se suavizarían si son innatas y o no aparecerían si son producto de sus experiencias personales.

      Por cierto, después de leer a Jorge he de decir que puede que sea un error relacionar incultura científica con empatía (pero no creo que lo sea relacionarla con las inculturas que en los párrafos anteriores he nombrado)

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    8. Estoy bastante de acuerdo con todos, y hasta me acerco un poco a la idea que subyace al punto a) (cosa que he de reconocer que me parece contradictoria, pues Jorge y Ana no están de acuerdo con este punto :-O).

      Me explico. La empatía es identificarse con alguien, y para ello lo debes ver como tu igual, por lo que no puede existir esta identificación si te crees superior a la otra persona. Es decir, no hay empatía si hay discriminación.

      Y creo que es aquí donde está la base del problema (y la solución), en la discriminación. No existe empatía cuando hay discriminación de raza, de género, de clase, etc. Y eso tiene que ver con la cultura y (tal como dice Ana) con la aceptación de la diversidad. Por lo que creo que eso es educable (y es donde pienso que quiere llegar Juan Carlos).

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    9. Esa es la cuestión: sentirse superior, despreciar al de en frente. Yo creo que cuando alguien promueve una dieta, un complemento alimenticio, unas pastillas... lo que sea que sepa que no funciona debe de pensar: "estos que son un poco tontos y se lo creen todo me van a hacer rico pensando que van a adelgazar". Eso es falta de empatía, sentimiento de superioridad, discriminación y tiranía, todo junto. Y los que lo promueven, aunque no saquen tajada del negocio, muchas veces lo creen tan fervientemente que piensan estar por encima de quién les proporciona argumentos en contra. Y es ese sentimiento de superioridad el que les hace no escuchar.

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    10. Cuando he mencionado arriba educación en el sentido de persona y no académica, me estaba refiriendo precisamente a lo que decís sobre discriminación, superioridad, tiranía. Si se evita ese comportamiento y se trata a todo el mundo con educación, la empatía es más fácil que surja. Me viene un ejemplo a la cabeza: cuando vienen inmigrantes y por el camino se hunde la patera, la mayoría de las personas normales sentiremos pena y pensaremos que hay que hacer algo en nuestro país y en sus países de origen para que no tengan que embarcarse. Esto no creo que lo hayamos aprendido en ningún colegio, ya que los tiranos y racistas también habrán ido al colegio (la mayor parte de ellos).

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    11. Yo creo que la empatía nos debe servir para acercarnos al problema y saber identificar la fuente de su error o acierto. A mí muchas veces me cuesta saber de donde viene la duda que tiene alguien, si es por algo que ha le han dicho, leído, donde, qué está cambiando para entender otra cosa. Y también pasa al contrario claro, tengo que saber cómo está razonando esa persona para saber qué es lo que me quiere explicar para poder entenderlo.

      En cuanto a si Patrick Holford se cree lo que dice o es un timador, creo que con solo la fundación del instituto ya demuestra que es un timador con todas la letras. El problema ya son los conversos, o las franquicias. Seguro que conocéis a algún terapeuta de pueblo (digo de pueblo, por resaltar que llegará a poca gente, aunque no por eso puede dejar de ganarse la vida) que se crea firmemente todos los curos que ha seguido de curación holística, quiropráctica, osteopatía, iridología y demás vainas. Yo creo que se lo creen a pies juntillas y se ganan la vida con ello ¿Son timadores? Buff, no lo sé.

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  2. Hola a todos!! Una semana más por aquí. Jose Luis, gracias por tu excelente resumen y por recordarnos ese párrafo que a mi también me pareció magistral cuando lo leí.
    Yo voy a pasar directamente a la segunda cuestión que planteas. Hasta que leí ese párrafo yo siempre había defendido la idea de que las empresas privadas contactaran con las universidades y financiaran las investigaciones que consideraran oportunas para su desarrollo empresarial. Pensaba que con esto todos ganábamos: la empresa por acceder a la infraestructura universitaria y "comprar" conocimientos más baratos que los de "producción propia"; la universidad por contar con una financiación extra; y la sociedad por disponer de más conocimientos al alcance de todos.
    Pero después de leer a Goldacre me he dado cuenta de que la financiación privada trae cosas como las del "profesor" Holdford. Existen empresas que mueven ingentes cantidades de dinero a las que les interesa tener a su gente bien posicionada en la universidad. Gente que manipule y adoctrine a los alumnos desde bien temprano. Si las cosas vienen de la universidad ¿cómo van a ser mentira?
    Es una idea que me asusta mucho porque creo que así si que será muy difícil luchar contra las pseudociencias.

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    1. Ana, me ha gustado mucho tu reflexión sobre la relación de las empresas privadas en las universidades. Y aunque es cierto lo que dice Goldacre, y que se ha de vigilar y de denunciar (si es el caso), creo que en general sigue siendo positiva esta relación.

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    2. La verdad es que yo desconozco como funciona la universidad en ese sentido. Si existiera un buen mecanismo de control sería la relación perfecta, pero sin ir más lejos en el post de estos capítulos se habla de una cátedra de homeopatía en la universidad de Zaragoza. A lo mejor esto es muy descarado y se ha detectado y denunciado, pero quién sabe si hay empresas mas sutiles que se están colando con mucha más discreción - y con mucho más más peligro, entonces -

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    3. Perdón... quería decir el podcast de estos tres últimos capítulos Sorry!! ;-(

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    4. Hola Ana,
      por experiencia profesional te cuento lo que conozco de la colaboración universidad-empresa. Hay dos tipos de colaboraciones.
      La primera es debido a lo que llaman responsabilidad social corporativa. Debido a esto, que ahora está muy de moda, las empresas establecen colaboraciones con las universidades que muchas veces se materializan en cátedras. El objetivo de estas cátedras es doble. Se hacen seminarios conjuntos en los que se transmite el conocimiento en ambos sentidos (mi empresa tiene una cátedra con una escuela de ingeniería y a mí me ha tocado dar algún seminario). También, se intenta que haya proyectos de fin de carrera o tesis doctorales que se realicen en proyectos de la empresa o incluso se dan becas para adquirir una primera experiencia profesional. Lo cual me parece genial, porque cuando vas a pedir tu primer trabajo, siempre piden experiencia, pero si nadie la da...
      Por otro lado, existen ciertos mecanismos de financiación de la administración pública para la investigación en I+D. Estos consisten en formar consorcios industriales que desarrollan un proyecto financiado a un cierto porcentaje por la administración. Una de las normas para que te den la financiación es que cada miembro del consorcio contrate a una OPI (organismo público de investigación, que puede ser una universidad) al 100% de sus costes. El objetivo es que la OPI se involucre en el tejido industrial, haga contactos y tenga de primera mano la aplicación de la investigación que realiza.
      Todo esto es para decir, que lo de la cátedra de Boiron en la universidad de Zaragoza es algo que ocurre muy a menudo en nuestro país, sólo que en este caso los intereses de Boiron puede que vayan más allá de la mera formación de los estudiantes o la investigación aplicada a la industria.

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  3. Magnífico trabajo José Luis, todo bien ordenadito y bien presentado. Como dice Jorge, así es más difícil discutir ;-)

    Tras un fin de semana agotador haré lo que pueda e intentaré volver con más fuerzas.
    1 Pensaba que en España no se podría hacer algo así pero al leeros y pensar un poco lo veo más claro. La idea de ampliar los capítulos con ejemplos nacionales es atractiva. Pero conociendoos ya nos veo escribiendo el libro...

    2 Seguro que sucede. Yo no tengo mucha experiencia en relaciones universidad-empresa pero no dudo que habrá muchos casos sospechosos.
    El que haya un intercambio de dinero por experimentación no tiene por qué ser malo pero existe un peligro, mayor todavía cuando el que revise eso estará interesado en el asunto.
    La forma de evitarlo está muy clara, inversión del estado. Al final se más rentable, más limpia y permite investigar más libremente (por poder elegir sin imposiciones de la empresa)
    De momento estoy con Ana, la que os puede caer con esta gente respaldada por los mayores centros del conocimiento.

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    1. Al final escribiremos un libro, no sé si sobre eso u otra tema, pero este año esto está muy lanzado y me espero cualquier cosa ;o))

      Respecto lo que dices de la inversión del estado, la tendencia es la contraria. Pretende que la financiación de la universidad la ponga la empresa (como he comentado antes con el tema de las OPIs), pero tampoco ayuda con eso. Por ponerte un ejemplo, hace 8 años, un organismo que daba financiación en España, financiaba proyectos de I+D a la industria al 50% de sus costes totales y cada empresa tenía que contratar con al menos un 20% de su presupuesto a una OPI a la que le pagaba el 100% de sus costes. Ahora la financiación que da el organismo, financia a la industria en torno al 12-15% mientras que se sigue manteniendo que tiene que contratar a la OPI con el mismo 20% y pagarle el 100% de sus costes.
      En Europa es algo diferente, los costes se financian en torno al 50% si eres industria y 75% si eres organismos de investigación. Aquí el organismo de investigación tiene que poner de su parte y la industria no pierde tanto.

      No toquéis estos temas de colaboración universidad-empresa que los conozco muy bien y me enrollo demasiado ;o))

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    2. Jorge, muchas gracias por explicarnos cómo funciona y se promueve la relación universidad-empresa. Y, por cierto, no creo que nadie opine que te enrollas demasiado. :)

      Por otra parte, no estoy de acuerdo con Santos :), sigo opinando que la universidad no puede estar de espaldas a la realidad que representa la empresa. Supongo que en el caso de la ciencia básica, esto puede ser más discutible, pero en lo que respecta a las ingenierías (donde las cosas funcionan o no funcionan, y los engaños son bastante más complicados) tengo claro que es un beneficio para la sociedad.

      En lo que respecta a la ciencia básica o médica, creo que también puede ser beneficioso, aunque tal vez debería haber mayor vigilancia sobre los intereses oscuros que pueda tener la empresa.

      En las cuestiones, como esta, donde el beneficio puede ser grande para todos, pero también puede utilizarse de forma incorrecta (y aquí está el peligro del que habla Santos), no soy partidaria de prohibirlo (o impedirlo) sino de vigilar su buen uso.

      Por poner el ejemplo de Jorge sobre las “colaboraciones con las universidades que muchas veces se materializan en cátedras”, donde hay “proyectos de fin de carrera o tesis doctorales que se realicen en proyectos de la empresa o incluso se dan becas para adquirir una primera experiencia profesional”. ¿Querrías eliminar esto? Yo preferiría mantenerlo, lo cual no es incompatible con aumentar la inversión del estado.

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  4. Buen resumen José Luis y buen apunte de Conxi para dar posibles nombres para el caso del Mala Ciencia patrio.
    Yo no tenía ninguna duda de que se podría hacer, lo que no sé es si merece la pena. Yo creo que sí, gastándose dinero en marketing creo que sería de gran ayuda contra todas estas "Marilós" que hay en el mundo. De hecho ella es una de las que debería leerse el libro como apunta Juan Carlos.

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    1. Yo creo que no se lee ni los guiones que le hacen.
      La lectura comprensiva por esos programas parece ser una contracción de "compren sin iva"

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