Érase una vez un cráter en el pueblo de Manson (Iowa) que conmocionó, aunque por poco tiempo, a la comunidad científica. Como una especie de "Pompeya geológica", sepultado y preservado durante millones de años, el cráter de Manson fue el inicio de una teoría catastrofista que tardó tiempo en madurar y en ser aceptada.
A principios del siglo XX a nadie se le ocurría pensar que los cráteres, abundantes en la Luna y más escasos en la Tierra, fueran producidos por otra cosa que la actividad volcánica. Pero comenzaron a aparecer voces discordantes como la de Eugene Shoemaker que, intrigado, optó por buscar en el cielo, en lugar de en la Tierra, la causa originaria.
Al final, los escombros de la formación del Sistema Solar en los que nadie había puesto demasiada atención, constituían un peligro más real de lo imaginado. La caída de asteroides parecía estar detrás de los elevados niveles de iridio que Luis Álvarez encontró en un delgado estrato que separaba el periodo Cretácico del Terciario, la época de la extinción que borró del mapa a los dinosaurios.
Esto había que confirmarlo donde hubiera una zona de impacto, por lo que el primer candidato fue el cráter de Manson. La geología mundial apuntaba a Iowa, para alborozo de los geólogos locales. Pero para su desgracia, el cráter de Manson ni siquiera hizo cosquillas a tiranosauros o diplodocus. El asteroide letal fue el que produjo un socavón de 190 km de ancho en Chicxulub (México).
La verdad es que tampoco hace falta un asteroide demasiado grande para provocar un buen desastre. Cuando un fragmento del cometa Shoemaker-Levy 9, del tamaño de una montaña pequeña, impactó contra Júpiter fue capaz de provocar heridas del tamaño de la Tierra… algo bastante inquietante aunque, afortunadamente, muy poco probable en nuestro planeta.
Propuestas para el debate.
- Este descubrimiento tuvo que ver con que un físico y un químico nuclear se inmiscuyeran en el terreno de los geólogos. ¿Creéis que los científicos actualmente han aprendido la lección sobre lo necesario del trabajo interdisciplinar?
- El gradualismo que propuso Charles Lyell pudo dificultar la aceptación de esta teoría catastrofista sobre las extinciones en masa. ¿Pensáis que la tendencia a la dicotomía (gradualismo o catastrofismo, onda o partícula, animal o vegetal) ha dificultado a veces el avance científico?
- ¿Conocéis otros casos en la ciencia en los que un hecho más o menos despreciado se haya convertido en clave para un descubrimiento? Recuerdo ahora la teoría de la endosimbiosis propuesta por Lynn Margulis, en una época en la que estudiar en la célula algo que no fuera el material genético de su núcleo, se consideraba perder el tiempo.
Me ha encantado este capítulo, salen muchos personajes de los que he leído su nombre muchas veces, pero sabía poco de sus contribuciones.
ResponderEliminarTambién me han encantado las propuestas para el debate de Jose Antonio. Sigo pensando en ellas, pero voy a aventurarme con alguna respuesta.
Si creo que los científicos han aprendido a llevar trabajar en equipos interdisciplinares. De hecho, creo que ello a contribuido a romper las barreras del "yo soy químico", "yo soy ingeniero", etc.
También creo que las dicotomías dificultan el avance científico, pero lo veo más desde el punto de vista teoría o experimento. Mientras no hay avances experimentales, las teorías se van desarrollando con lo que tienen. Cuánto más tiempo pasa sin encontrarse evidencias experimentales que confirmen o no la teoría, más se asientan en la comunidad científica y más difícil es rechazarla, incluso si los experimentos dicen que hay que rechazarla.
No recuerdo ningún caso en el que se haya dado esto, aunque estoy seguro de que hay muchos. Sigo buscando...
Este es uno de los mejores capítulos del libro.
ResponderEliminarSobre la primera pregunta, yo rompería una lanza por los científicos conservadores. En este y otros libros se destacan los casos en los que advenedizos con ideas heterodoxas al final han tenido razón. Pero no hay ningún libro que cuente los casos en que advenedizos con ideas heterodoxas han estado completamente equivocados. Seguro que son muchísimos más. Así que la desconfianza, hasta que haya una teoría bien fundada y probada, está algo justificada. Uno no se juega la carrera así como así.
Y sí es verdad que suele haber cierta tendencia a la dicotomía, pero eso es culpa más de los defensores de la nueva teoría que de los conservadores. Cuando uno descubre algo nuevo, suele exagerar e intenta aplicarlo a todo. El caso de Lynn Margulis que citas es un buen ejemplo. Su teoría endosimbiótica explicó de maravilla los casos de mitocondrias y cloroplastos. Pero luego empezó a buscar endosimbiosis donde no las había y acabó formulando una teoría disparatada (pero muy políticamente correcta) según la cual la simbiosis es la base de toda la evolución, con lo que se cargó su bien ganado prestigio.
Creo que te interesaría leer "Breve historia de la ciencia" de Patricia Fara. Trata muchos de los temas que mencionas.
EliminarVamos con la segunda que es la que más me ha gustado:
ResponderEliminarHace mucho, mucho tiempo, antes de que os conociera a ninguno de vosotros, este blog empezó su andadura.
Empezó con un libro llamado "Cartas a Nuria" pero solo avanzamos tres capítulos. Éramos pocos y estábamos muy liados, no había llegado el momento, aunque de ese germen surgió, gracias a Dolores, este segundo intento. y ya vamos por el 2º libro del 2º intento, ¡no está mal!, GRACIAS A TODOS, de verdad, GRACIAS, ES INCREÍBLE LO MUCHO QUE APRENDO.
¿Y por qué me pongo nostálgico? Pues porque esa pregunta me ha recordado un resumen que hice yo el 4/10/11 "El desarrollo de la racionalidad" (ahí lo tenéis, por si os apetece leerlo).
Centrando el asunto. En esa carta el autor, Ramón Parés, defiende que uno de los grandes triunfos de los griegos fue que establecieron una forma muy efectiva de investigar la naturaleza: utilizaron preguntas con solo dos posibles respuestas (dualismos). Los primeros seguramente fueron verdadero/falso y si/no. De ellos derivaron otros dualismos: apariencia/realidad, complejo/simple, orden/caos… Explica que esa forma de codificar y almacenar la información es muy útil para posteriormente analizar la naturaleza.
De esas primeras clasificaciones se han llegado a clasificaciones más complejas obviamente esas clasificaciones más complejas son mejores que las dicotomías iniciales. Pero la pregunta persiste ¿son útiles las clasificaciones en Ciencia o nos impiden ver la complejidad inherente a todo?
No lo tengo muy claro pero yo diría que son útiles porque nuestra mente necesita de esas clasificaciones para reducir la cantidad de información que tiene que guardar y procesar, pero también creo que cuando investigamos un hecho debemos de intentar mirarlo sin usar esas clasificaciones que quizás nos impidan ver el paisaje completo.
JC: cada vez estoy más convencida de que "Cartas a Nuria" debería ser nuestro tercer intento. Me ha encantado tu comentario. Me iba a manifestar en contra de las dicotomías: en principio, en la vida real y cotidiana todo no es "blanco" o "negro", y de hecho suelo pensar que las personas que lo ven así son fundamentalistas (del tipo que sea: políticos, religiosos, etc.). En general hay suficiente variabilidad como para eliminar las dicotomías. Sin embargo, tu respuesta, con el origen del pensamiento "científico" en las primeras dicotomías planteadas por los griegos cambia mi perspectiva... Por ejemplo, me ha recordado a las clasificaciones de Linneo; pero junto a eso a este artículo de @copepodo en JoF
EliminarEstoy absolutamente de acuerdo, JC, en la necesidad de las clasificaciones en Ciencia. Es la única manera de ir controlando y discriminando variables, para hacer el trabajo algo más manejable.
EliminarY también conforme con no dejarse llevar por la tiranía de estas clasificaciones. Ha habido casos, sobre todo en la época de la Revolución Científica, en que asumían que una vez nombrado y clasificado un fenómeno, especie, etc., ya se conocía absolutamente y no tenía ningún secreto más que revelar.
Muy buen resumen, y también muy interesante capítulo.
ResponderEliminarEn cuanto al debate no podría estar mejor planteado, así que intentaré dar una breve opinión:
1) Hoy en día los equipos interdisciplinares son los que están consiguiendo los mayores logros, se ha comentado muchas veces que dado el avance que ha tenido la ciencia en los último años, es imposible que sea de otra forma.
2) En esta pregunta estoy de acuerdo con Epicureo, no considero que sea resistencia al cambio, si no que los cambios hay que justificarlos muy bien, si hay una teoría anterior más o menos aceptada, es porque al menos en algún punto ha conseguido funcionar o explicar algún fenómeno, con lo que no se puede desechar a la primera de cambio, hay que ser cauto. Pero vamos esta es mi opinión, incluso aunque la nueva teoría explique más cosas, siempre podría pasar que explicase demasiado (es decir, predijese algo que luego no se cumpla)
3) En este caso, no conozco ningún caso, así que espero vuestros comentarios para aprender un poco más.
Un saludo a tod@s.
Yo debo tener la cabeza al revés que el resto del mundo xDDD
ResponderEliminarSolo pensaba en meteoritos al leer este capítulo..., en Cheliábinsk ( ¿Estamos indefensos ante los asteroides? ) y en este proyecto crowfunding para financiar un doctorado de Josep M. Trigo
Volviendo a la Tierra, digo...al debate. 1) La interdisciplinariedad es el futuro y el presente. Pero no soy tan optimista como el resto (para variar :P) no creo que todo sea culpa del gestor, sino también de qué todos estamos aferrados a nuestro "terruño de ciencia" y "despreciamos" (sí: despreciamos, repito) a otras disciplinas. Al menos yo tengo bastante reciente haberme reído de los biólogos que conectaban los dos extremos del tubo de refrigeración al grifo del agua (menos mal que no abrieron, menudo estropicio) y una profesora (farmacéutica, ella, trabajando en análisis clínico) que se reía de sus compañeros médicos porque no entendían una recta de calibrado. Me temo que estudiar una carrera nos "configura" bastante en la forma de entender el mundo, y eso, que me parece bueno en realidad, si no tenemos cuidado también nos "encierra" bastante en la investigación. Hay iniciativas loables como la carrera, másteres y cursos de bioingeniería, que buscan que médicos e ingenieros se entiendan cuando unos hablan de que el tumor no avance, y otros de que cambia la elasticidad del medio, ¡y se refieren a lo mismo!, pero no se entienden. Así que me parece que hay mucho por hacer por la interdisciplinariedad: respeto a los demás de otras áreas, comunicación y después trabajo en equipo. Por cierto, un compañero de máster decía que en ciencia no deberíamos hablar de inter sino de intradisciplinariedad: que al fin y al cabo es la misma ciencia. La verdad es que esta diferencia me pareció esclarecedora. Así que (y llamadme hereje, que lo soy) pienso que la interdisciplinariedad debe ser con las ciencias sociales y humanísticas. Al hilo de esto, recomiendo (no sé si la he recomendado ya) el artículo de "Para qué una filosofía de la ciencia" que me parece que ilustra muy bien que es beneficioso para la ciencia la relación con la filosofía.
2) Me quedo con la respuesta de JC.
3) Ha habido muchos científicos "revolucionarios", sobre todo después de Kuhn y su teoría del cambio de paradigma ;) Como dice Epicureo también resulta interesante el enfoque opuesto :D
Perdón, perdón, perdón que llego muy tarde... Bueno, este capítulo me ha parecido interesantísimo y el debate, que he estado siguiendo puntualmente, más todavía.
ResponderEliminarRespecto a la primera cuestión que plantea José Antonio, precisamente hace pocos días se ha celebrado la XI Jornada de Actualización en Genética Humana, un congreso internacional donde han intervenido especialistas de muy diversos campos: biólogos, biólogos evolutivos, paleoantropólogos, genetistas etc. Carles Lalueza, uno de los organizadores, comentaba el cambio que están experimentando este tipo de congresos. Hace no muchos años era un lugar donde expertos de diferentes disciplinas exponían sus últimas investigaciones en un campo más o menos amplio con el afán de encontrar vías comunes, mejorar los métodos de investigación y ofrecer “ideas innovadoras”. Hoy en día, debido a los embargos científicos que imponen la mayoría de publicaciones científicas en relación a las investigaciones más punteras, se han convertido en meros puntos de encuentro para fomentar el contacto personal entre los intervinientes (que no está mal) pero que no permite un contacto más estrecho entre diferentes disciplinas.